En este largo y difícil proceso de quedarse en casa, todos hemos tenido diferentes noches y no todas han sido exactamente para descansar, dormir y recuperar fuerzas.
Creo que esta vez quisiera darme el gusto de decir que para las que somos madres ha sido más duras que para el resto, ya que, no sólo tenemos las preocupaciones propias, si no que, nos concierne el universo de cada uno de los integrantes de la familia, especialmente el de nuestros hijos.
Ha habido noches larguísimas, noches de angustia, de soledad e incluso de llantos; otras han tenido noches incómodas, con mucho sueño y poco descanso, dando pecho y alimentando a sus bebés o tratando de cesar el llanto y calmar sus corazones; y quizás algunas han logrado conciliar el sueño plácidamente. Hay noches variadas para cada una de nosotras y aveces creemos que nunca tendrán fin, pero claramente nos equivocamos...
Se que se sentirán identificadas con una o muchas noches diversos sentimientos. Pero hoy quiero decirles algo, que aunque parezca obvio, no todas lo podemos ver, ni lo escuchamos cuando realmente es necesario: en verdad cuando llega la mañana es una nueva oportunidad para volver a sentir alegría, mirar a nuestros niños y sentir que verdaderamente vale la pena. Porque nuestros pequeños crecen, y no se imaginan cuán rápido!
Y sin darnos cuenta, dejarán de tomar leche por las noches, sabrán dormirse sin tener que mecerlos, o un simple te amo de ellos podrá calmar nuestros problemas y stress que conllevan los procesos de la vida. Y es ahí, cuando entendemos que la noche que pasó nos hizo ver lo verdaderamente importante de nuestra existencia. Porque ¿cómo podríamos experimentar la alegría de cada mañana cuando nuestros hijos nos sonríen, si no hubiésemos conocido la tristeza, la incertidumbre e inclusive la soledad?
Lo que quiero decirles con todo esto, es que es importante validar nuestros momentos duros como madres. Si no conociéramos este vaivén de emociones, si todo marchara a la perfección, no podríamos valorar realmente lo maravilloso de nuestra naturaleza. Debemos aprender a tener seguridad sobre cómo criamos, saber que nos equivocaremos y entender que es parte del camino, porque cada paso que damos, ya sea hacia adelante o hacia atrás, es válido y perfecto porque está basado en el amor.
Escrito por Piera Giovine para Cocó Bebé
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